Te entran por el cuerpo todo tipo de miedos, piensas que todo en la vida terminó, que ese hueco será muy difícil de llenar de nuevo.
Vas paseando por la casa y piensas en que utilidad le darás a ese despacho, te sientas en un silla y miras a tú alrededor y reflexionas: ¿En qué utilizaré ahora mi tiempo?, ¡ése tiempo que no has tenido desde que te casaste¡ siempre acelerada, preparando casa , comida , ropa, niños y todo para que cuando llegara él, estuviera orgulloso, por estar con una buena ama de casa, además de una buena esposa, buena trabajadora y una buena madre., (así me educaron a mí).
Tú primer y peor problema, es pensar como te las vas a arreglar tú sola, para organizar papeles, esos que dejamos siempre en manos de ellos; Las cuentas del banco, que si la hipoteca, que hay que llamar al fontanero porque se ha atascado algo, algún error en la cuenta de la electricidad, los impuestos de los coches, la Itv......., -¡No voy a ser capaz¡, ¡no puedo con tantas cosas ¡, ¡y además no las entiendo....¡.
Comienzas tu nueva vida, despacio, con mucho cuidado y miedo, la gente te mira con pena, te mira de reojo, eres un espécimen raro, ya no formas parte de los círculos en los que te movías, cuanta más gente se va enterando de tu situación, más sorpresas te vas llevando.
Me quedo asombrada, de lo que me dicen las personas que se me acercan, la mitad no me han hablado nada más que un par de veces en su vida pero necesitan desahogarse con alguien,... ¡ME ADMIRAN¡; Me preguntan que como lo he hecho, me cuentan que su vida es un desastre, que su marido y ella llevan vidas paralelas desde hace años, que como he sido capaz de llegar a romper con todo, que ¡ojalá tuvieran ellas este valor¡...; - Esto no me lo dice una ni dos personas, es que todos los días, después de 11 años separada, alguien me lo vuelve a referir. "Debo de ser como el Cid Campeador".
Mis esquemas se rompen, creía que era la única en la tierra a la que le iba mal su matrimonio, pero por el contrario soy un ejemplo para muchas mujeres que no son felices con su vida pero no se atreven a dar el paso.
Otras comentan, la suerte que tengo porque ahora tengo un fin de semana libre de cada dos para mí, para salir de compras, irme de tapas, ir al cine, pasear por Sevilla, disfrutar de las amigas y sobre todo sabiendo que mis niñas están bien cuidadas.
